ANÁLISIS DE LOS 22 PRECEPTOS

[JOSÉ ISMAEL]

I_N_T_R_O_D_U_C_C_I_Ó_N

La desobediencia fue el primer pecado del hombre al tomar lo ajeno sin permiso del dueño.

No retendrás o no retener; es querer conservar algo que nos fue prestado, encargado, dado en prenda y que no nos pertenece, algo que nos fue encomendado para darlo o repartirlo a alguien más y por nuestro egoísmo, envidia, codicia etc. nos decidimos a retenerlo o no devolverlo.

Larga es la historia del hombre en cuanto a la violación de este precepto, el abuso de confianza debido en parte a su propia concupiscencia, es lo que ha llevado a la humanidad a retener lo que no le pertenece. Esta tierra no nos pertenece, sólo estamos de paso, y por lo tanto todo cuanto obtengamos de ella no nos pertenece. Al ser levantados todo lo material se quedara.

VIGÉSIMO PRECEPTO.

NO RETENDRAS LO AJENO EN TU PODER.

ANÁLISIS MATERIAL

“Desde la tentación de Eva, la tentación que nuestro hermano hizo presente al Maestro Jesús en el Segundo Tiempo a retener los Reinos Materiales de la Tierra, los cuales supo rechazar, pues el reino que le esperaba no es de este mundo, además de incomparable.

Y por esto el Divino Maestro nos dice que lo único que nos llevaremos será el fruto de nuestras obras por las cuales el Padre nos dará el justo galardón.

Por todo esto, más sencillo será alcanzar Gracia ante los Ojos del Padre, si damos la espalda a toda tentación material que sólo nos retiene a este mundo y nos hace más difícil seguir su camino y entender sus palabras.

Aun nuestros seres queridos, si por alguna razón es levantado alguien a quien amamos, no reclamemos al Señor: “porque me lo quitaste”, pues El sólo ha tomado lo que le pertenece.

En la actualidad a toda hora existen tentaciones que nos inducen a retener lo ajeno. Dice nuestro Maestro que ninguno hemos sabido en algún momento de nuestra vida rechazar el tomar el cetro de los siete pecados capitales que porta nuestro hermano en la tierra.

No retengamos las viejas costumbres.


ANÁLISIS ESPIRITUAL

Dice nuestro Maestro Jesús: Ya no más retención de lo que no te pertenece, refiriéndose en el sentido espiritual, a toda la Gracia que ha puesto en nuestras manos como son: el Bálsamo de sanación, la Luz para los espíritus, su Palabra Divina cual alimento espiritual, etc. no sólo en sus representantes y apóstoles, sino en todo el Pueblo de Israel.

Reafirmando lo dicho anteriormente, retener las Buenas Nuevas en el caso de los Apóstoles (Cuya misión es ser su heraldo y predicar la Palabra como modelo de perfección caridad y humildad), así como todo aquel que escucha la Palabra Divina y no se preocupa por su hermano y semejante; egoístamente retiene el Agua Cristalina y el Pan sin Levadura para su propio beneficio, más todo ese conocimiento de poco le sirve si no lo pone por Obra.

Todos los Dones Espirituales te fueron otorgados para servir a tus hermanos. No es de preocuparse te quedes sin nada, tanto material (tiempo, dinero etc.), como espiritualmente (Luz), ya que 70 veces 7 te será multiplicado, ya que para el Padre nada pasa por desapercibido y llegado el instante tendrás el justo galardón.

[JOSÉ ISMAEL]

I_N_T_R_O_D_U_C_C_I_Ó_N


“En los pueblos más primitivos la enfermedad fue considerada como algo execrable e inadmisible: una tara para la sociedad. De ahí que el enfermo fuese relegado a su suerte. Más tarde surgió el concepto de que toda anormalidad física o psíquica era la manifestación de extrañas fuerzas secretas o sobrenaturales: El enfermo estaba poseído o hechizado.

Con el Antiguo Testamento la enfermedad comienza a considerarse un justo castigo por los pecados cometidos. El enfermo no es sino una víctima que ha de alcanzar el perdón a través de sus sufrimientos.

El Cristianismo nos trae el mensaje de la caridad, pues si las anteriores culturas estaban hechas a la medida de los fuertes y sanos, la venida de Jesucristo apela a los inválidos.

La Enfermedad deja de ser un asunto privado para transformarse en materia de interés social. Hoy se admite que toda merma corporal o psíquica en el individuo aislado puede ir en detrimento del conjunto de los habitantes.

La Enfermedad es, por así decirlo un esfuerzo de la naturaleza para eliminar toda alteración o menoscabo en la armonía del cuerpo y la mente, en la totalidad de la persona, como también en relación con el equilibrio establecido entre esta persona y su medio ambiente.”

Fuente: El Gran Libro de la Salud

VIGÉSIMOPRIMER PRECEPTO.

VISITARÁS Y CONSOLARÁS A LOS ENFERMOS SIEMPRE QUE PUEDAS.

ANÁLISIS ESPIRITUAL
(Ver análisis de 15 Precepto)

Este precepto nos invita (Facultades, componentes, apóstoles, pueblo en general) a sentir el dolor por el que nuestro hermano y semejante se purifica; nos conmina a consolarles y sin dudar siempre que podamos, pues el tiempo nos es multiplicado.

La Importancia de cumplir con este precepto nos lleva a la meta principal a que debemos llegar con nuestros hermanos en lo encomendado por el Divino Maestro:

• ¿Queréis hacer cosas al agrado de tu Dios y tu Señor?
• Si te desvives por la Obra del Señor, serás salvos.
• Todo aquel que deseéis salvarte, el camino ya lo tienes.
• Ya no solamente ensalces a Dios con tus labios, hónralo con tus obras.
• Que el Señor tome tus manos y de la Caridad.
• Ha llegado el momento de que seáis Espiritualistas desde el cráneo hasta tu planta.

Cuantos y cuantos no hemos nacido al camino “por medio del dolor”. Y gracias a la bondad con que algunos nos recibieron y atendieron, fuimos consolados con la Palabra Divina que nuestro Padre puso en sus labios y así Nacer a Vida de Gracia junto con nuestra familia.

Todos y cada uno debemos centrar nuestra atención en los enfermos, ya que el dolor ayuda a obtener el arrepentimiento y ablanda el corazón del enfermo y su familia, hambrientos de consuelo y dispuestos para que penetre La Palabra Divina cuan Pan sin Levadura y el Agua Cristalina cuan Bálsamo de Sanación.

Si atendemos al enfermo, hay que predicarle, mostrarle la humildad con el ejemplo, invitarle sin condicionar a escuchar a nuestro Padre, recibiéndolo con amor ya que de lo contrario difícilmente nacerá a Vida de Gracia.

Recibirlos sin distinción y con esmero, no sólo a los más allegados sino también a todo hermano desconocido que necesite ser atendido en su domicilio o cualquier parte, sin importar raza, credo o condición social.

También los que se encuentran en etapa Terminal o todos aquellos que han perdido un ser querido; necesitan ser consolados, pues su corazón queda dolido y sus pensamientos se turban si es que no comprenden los designios de Dios.

Así también a todos aquellos de nuestros hermanos que a diferencia de las enfermedades de su carne, están enfermos de egoísmo, vanidad, soberbia, odio, avaricia o mala voluntad en contra de sus hermanos entre otras enfermedades de largo tiempo y bajas pasiones, las cuales se han dejado contagiar por su propia voluntad, de los cuales no nos toca ser su juez. (Ver precepto: 15)

Todo hermano en que contemplemos alguna enfermedad (física o moral), necesita de nuestra ayuda y compasión, y no de nuestra indiferencia y/o lástima.

Y tenemos la seguridad de que al acariciarles y consolarles, aligeramos el “peso de la cruz” de nuestro Divino Maestro.

Nos dice:

• Yo os revelo en este instante que vuestro espíritu tiene una deuda atrasada con todo aquel que llega a vosotros con un sufrimiento, con una necesidad o con una petición. Mirad con cuanto amor los pongo a vuestro paso para que cumpláis vuestra restitución haciéndolos objeto de vuestra caridad.

• Todo lo que habéis realizado hasta este instante con buen propósito, tiene un precio, un valor; ante la presencia del Padre.

• Humanidad. Lo único que lográis con el sufrimiento es cierta purificación por que la verdadera y absoluta pureza del espíritu, se logra por medio del amor que os inspira mi Ley.

• No blasfeméis o maldigáis en contra del dolor; ya que vosotros lo habéis creado con vuestras faltas.

• Apurarlo con paciencia y el os purificara y os ayudara a acercaros a Mí.

• El dolor ayuda a obtener el arrepentimiento.


SIN LA PRÁCTICA, SIN LA BONDAD, NO PODRÁS ENSEÑAR QUE ES

LO QUE HAS VENIDO A APRENDER.

[JOSÉ ISMAEL]

DICE MI PASTOR ELÍAS:

CUMPLID HIJOS MÍOS CON ESTOS 22 PRECEPTOS Y VEREÍS A MI PADRE EN TODO SU ESPLENDOR CARIDAD Y MAS CARIDAD CON VUESTROS HERMANOS Y DAREÍS TESTIMONIO DE MI PADRE.

“La palabra Divina de nuestro Maestro, en todo momento nos encamina al cumplimiento y entendimiento de su Ley. Único camino hacia nuestro Padre Eterno.

El análisis de su palabra nos lleva al buen entendimiento y cumplimiento de su Ley, ya que no necesitamos nada más para cumplir nuestra misión.

El Séptimo Sello será abierto y es menester que lancemos nuestra barquilla al mar y encaminarnos por el mundo. Ha llegado de que todo cuanto hemos aprendido de nuestro Maestro, nuestra Madre Santísima María, y nuestro Pastor Elías; sea reflejado en el buen entendimiento, comprendimiento y cumplimiento de su Ley Perfecta.

Es determinante que darnos cuenta, que el tiempo que resta para que nuestro Divino Maestro en su infinita misericordia nos prepare; terminara en cualquier instante, y si no hemos retenido y puesto por obra su enseñanza… “Grande será el arrepentimiento, el crujir de dientes y el desmechadero de cabellos.

Demos Gracias a Nuestro Padre al alba como las aves, aprovechemos nuestros años de fortaleza para cumplir, pues no es ajena la idea ó sospecha de que no todos llegaremos a viejos.”


Esta vida os ha sido confiada como una oportunidad para que vuestro espíritu haga méritos; por lo tanto, todos los pensamientos y actos humanos, deberán ser dentro de mi Ley de Amor y Justicia; pero los hombres se han apartado del camino que les señala mi Ley, y ha sido necesario volver a ellos para recordársela; con ese fin he venido a comunicarme con vosotros en este Tiempo.

El objeto de que vengáis a escuchar mi palabra, es el que os profundicéis en mi doctrina y os preparéis para la vida espiritual. No vengáis por curiosidad, por obligación o porque así creáis cumplir. Venid con el anhelo de encontrar en cada nueva lección una revelación más, así estaréis más preparados para cumplir vuestra misión.