El anciano y el manantial de vida.

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Alfredo
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El anciano y el manantial de vida.

Mensaje por Alfredo »

Hace tiempo en un gran valle, existió un manantial de aguas que sanaban a quienes tomaban de ellas.
De dicho manantial, se alimentaban muchos pueblos pues las corrientes que formaban los ríos que crecían de el, recorrían grandes distanciáis que en lugares cercanos y lejanos, formaban lagos y lagunas que eran aprovechados en diversas formas por los lugareños.

Entre ellos, existió un joven que desde su infancia había tomado de aquellas aguas sin saber el origen de ellas pues solo había conocido algunos lagos y corrientes en el área cercana a su hogar, aparte del lago que aprovechaban él y sus vecinos.

Aconteció que habiendo caminado hacia un lugar apartado, miro el manantial y le pareció pequeño, pues lo comparaba con el tamaño de los lagos que él conocía. Y notando a un anciano que parecía cuidar del manantial le dijo:
¡Que pequeño pozo!, ¿que puede tener de especial como para que cuides de el?

El anciano le miro y antes de que pudiera responder palabra escucho decir:

“Las aguas que nosotros tenemos en mi poblado, son mucho mejores y más abundantes. Y hasta se escucha que son milagrosas, pues hay quienes toman de ellas y sanan de enfermedades extrañas que se tienen por incurables. Son aguas limpias como ninguna otra, y tienen tales propiedades que estoy buscando la forma de embotellarlas para ofrecerlas a las visitas y enviarlas a lejanas comarcas. Pero dime ¿como es que cuidas de este pequeño pozo? ¿Quien te contrato para que perdieras aquí tu tiempo? ¿Por que no aprovechas mejor tu vida cuidando o alimentándote de alguno de los lagos que por estas tierras existen?”

El anciano responde:
“Bien dices que existen muchos lugares donde las aguas abundan, pero te equivocas al decir que por sus cualidades sean mejores que estas, o que sean mas limpias…. Veras, solo para quienes miran las cosas superficialmente, estas aguas son las de menos valor, y puesto que lo preguntas, me permito declararte que de este manantial al que llamas pozo, surgen corrientes internas y externas que nutren desde hace tiempo las poblaciones de este gran valle, pues los ríos y lagos que en el existen, en este manantial tienen su origen.
Solo que, en la medida de que las corrientes se esparcen, los hombres queriendo aprovecharse de ellas les han agregado toda suerte de elementos que la contaminan reduciendo con ello su original poder.
De forma que, entre mas alejadas están de esta fuente, mayor es el grado de contaminación en ellas, y menor la efectividad de sus virtudes curativas. Mas si a pesar de ello encuentran los hombres que viven alejados de esta fuente que las aguas que les llegan son curativas y buenas, ¿Podrías imaginar cual será la virtud que en las aguas encuentren cuando se acerquen mas y mas a esta fuente?

Un tanto Irritado, aquel joven exclamo:

“¿Cómo puedes comparar tu pozo con aquellos lagos?
¡¡¡Mentira!!! No puede haber nada mejor que ellos; ¡¡¡Nada!!!. ¡¡¡Eres un farsante y loco anciano. Si lo que quieres es que me marche y te deje morir en tu reducido espacio solo dímelo y presto me iré!!!”

El anciano, no haciendo caso de la exaltación del joven prosiguió:
“Hace mucho tiempo, mucho antes que naciesen tus padres, habitó aquí un gran Sabio que quiso bendecir a los pobladores de este valle, instruyo por años a quienes le prestaron atención para luego despedirse de ellos, no sin antes, con el poder que solo él posee, convertir una parte de si mismo en una fuente de aguas que quedarían como testimonio de su amor y de su presencia entre aquellos hombres.
Esta es la fuente de aguas puras que alimenta y da vida a quienes toman de ellas. Y tú, si en vez de juzgar su grandeza por encima te acercaras y penetraras en sus profundidades sanarías.”

-¿Y quien te dijo que yo estaba enfermo? Respondió molesto el joven.
-He aquí que soy mas fuerte que cualquier anciano.
Además ¿por que he de limitarme a tomar de las aguas de tu pequeño pozo siendo que existen abundantes y mejores lagos a todo nuestro derredor?

“Te he dicho que esta fuente no me pertenece, sino que pertenece a todo aquel que sus aguas busca. Solo se me designo por tarea cuidar de el, para que nadie pretenda hacerse pasar por su dueño y evitar así que se les ponga precio, y para invitar a que tomen de ellas a los caminantes, los enfermos y los necesitados.
Aquel que se hizo a si mismo fuente de aguas, fue quien me designo su cuidador y como recompensa me permite alimentarme de ellas y vivir eternamente, pues quien de esta agua no bebe, enferma y muere.” Asevero el anciano.

-Lo que mas bien sucede -respondió el joven- es que te ha hecho daño la soledad, tu mente ya alucina e inventa leyendas y en tu vejes te aproximas a tu inevitable muerte.
¡Que ese poso es un manantial que da vida eterna!, ¡que ese manantial es el origen de nuestros hermosos lagos!, ¡Que ellos están contaminados!, -¡¡¡Mentira!!!, ¡¡¡Nada de eso es verdad!!!.
Lo que necesitas es salir de tu estrechez y exponerte a los beneficios de nuestros hermosos lagos, pues sus aguas son en realidad el origen de tu pequeño pozo.

Y sabiendo ahora tus necias ideas mejor me retiro, pues prefiero alimentarme de aquellos grandes lagos; que vivir fascinado y embelesado en tu pequeño pozo.
Alfredo
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Re: El anciano y el manantial de vida.

Mensaje por Alfredo »

El joven inició su marcha mientras el anciano al levantar su mirada distinguió a otro joven que los habían estado observando.

-Disculpe usted mi atrevimiento –dijo- no pude evitar escuchar parte de la conversación. Sabe, quede intrigado con sus palabras ¿Podría usted responderme algunas preguntas? ¿Cómo es que usted habla de la pureza de esta fuente y que no hay aguas tan limpias como ellas en esta basta región? Yo he visto muchas aguas incluyendo aquellas aguas puras que nos llegan al valle y además, dicho sea con respeto, he visto también que las aguas de este manantial tienen algunas hojas secas encima, y no se si tendrán también otras impurezas.

-Tienes razón, existen algunas impurezas como las hojas secas de los árboles cercanos que aunque pueden darle aspecto de falta de limpidez, en realidad no afectan la pureza ni los beneficios de esta agua pues no logran penetrarla ni contaminarla.
No se si me escuchaste recomendar que no se juzgase su grandeza por encima, mas si tomaras de ellas o en ellas te bañares sabrás que no hay nada mejor.

-¿Y no es necesario quitar esas impurezas que quedan en su superficie?

-Por tener origen en distintas naturalezas, lo eterno no puede ser afectado por lo perecedero y quienes ponen sus ojos en la naturaleza de lo pasajero, les es muy difícil apreciar lo perpetuo

A quienes más afectan esas impurezas son a aquellos quienes las buscan como pretexto para restar valor a la fuente, mas si de ella tomaras no solo podrías distinguir con claridad las impurezas que contiene en su superficie, sino también podrías distinguir las impurezas que existen en lo profundo de tu ser. Aunque te diré que a eso temen muchos, por ello no se acercan a esta fuente.

Si el novio envía una carta a su amada a través de un escribano
¿Se fijara ella en las faltas de ortografía del escribano o buscará entender el sentido de las palabras de su amado?
Quizás alguna que se diga amiga de la novia, sintiendo que a ella no le hayan escrito bellamente, sea quien por celos trate de encontrar errores o busque fallas en el color de la tinta, en el tamaño de la letra, o en la calidad del papel.
De igual forma sucede con esta fuente. Sus aguas son el mensaje del Gran Sabio que habrá de llegar a su destino, más quienes se detienen a buscar las impurezas en vez de beber de ellas, a si mismos se excluyen de ser los destinatarios de su sabiduría.
Y así como el agua no tiene forma alguna más toma la figura del recipiente, esta agua en su virtud, no desdeña amoldarse a la necesidad y habitar en el baso que pide de ella, para limpiarle primero y llenarle y sobreabundar en el después.

¿Gustas acercarte a beber de esta fuente?

El joven un tanto incrédulo se encamino a la fuente mientras continuaba la conversación con el anciano.

-En muchas partes he estado y por ello, de muchas aguas se me ha ofrecido y he tomado. Agradezco tu invitación aunque te diré que no..creo... que…..

Al empezar a entrar al agua, el joven se quedo pensando, su mirada parecía perderse en algún lugar de entre las aguas o más allá de ellas. Avanzó un paso mas dentro de la fuente, tomo un sorbo mas…
Sin darse cuenta sus ojos lloraban, y sus lágrimas se confundían entre las aguas, parecía ausente, en un mundo ajeno a este. Sumergido en esa fuente sentía más que por las aguas, estar cubierto por la esencia misma de la vida, por la esencia misma de la creación.
Por un tiempo permaneció en ese estado, suspirando embelesado, descansando, recordando.
Al voltear de nuevo hacia el anciano todo le parecía distinto, aun el anciano le parecía familiar, mas cercano.

-Por favor dime ¿Tu quien eres?

-Yo, soy el cuidador de las aguas.
Aquel que es a la vez agua y fuente de aguas, nube y lluvia, estruendo y relámpago, aquel a quien sirvo, me pidió que cuidara de esta fuente, pues con su poder quiso convertir un seco desierto en un verde valle; este valle, donde abundara la vida y que se convirtiera en refugio para el enfermo, el sediento y el hambriento.
En otro tiempo sumergí a muchos en las aguas de la contrición que tenia a mi cuidado, hoy, estas aguas se me han confiado. Ellas desde hace tiempo fueron ofrecidas a los caminantes solo que muchos han preferido otras aguas, otros ríos, otras fuentes. Ellos llegaran a esta fuente cuando la sed los abrace, cuando el desengaño sea en ellos, entonces recibirán sus aguas como hoy tu las has recibido y ellos al igual que tu, iniciaran también el cumplimiento de su misión.

-¿Que quieres decir? ¿Tengo alguna misión?
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