Quién sois, de dónde venís y a dónde vais

Foro General de la Tercera Era
AlbertoTrevino
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Quién sois, de dónde venís y a dónde vais

Mensaje por AlbertoTrevino »

02-033.14 Estoy llamando a todos los caminantes para que oigan mi voz que les invita a la elevación y a poseer la vida eterna. En este día en que el Verbo Divino se hace oír, aprovechad su palabra e iluminaos con ella porque en el saber está la luz y vuestra salvación.

02-033.15 Si mi ley os enseña la moral, la rectitud y el orden en todos los actos de vuestra vida, ¿por qué buscáis caminos adversos labrándoos con ello el dolor, y cuando partís al más allá dejando vuestro cuerpo en la Tierra, lloráis, porque habéis amado mucho esa envoltura? Al sentir que ya no os pertenece la materia y que tenéis que seguir el camino hasta llegar a Mí, os he dicho: Hijo mío, ¿qué me hacéis presente? ¿Habéis vivido en la Tierra cumpliendo mis mandatos? Y vosotros avergonzados y cabizbajos, porque no lleváis un presente de amor para quien tanto os ama y tanto os ha concedido, habéis formado cadenas que abruman a vuestro espíritu, y éste, habiendo perdido la gracia, aparece sin luz, llora y se lamenta, sólo oye la voz del Padre que le llama, mas como no ha evolucionado ni se siente digno de llegar a El, se detiene y espera, pasan los tiempos y el espíritu vuelve a escuchar la voz, y en medio de su pena pregunta quién le habla y esa voz le dice: Despertad, ¿no sabéis de dónde habéis venido, ni a dónde vais? Entonces eleva sus ojos, ve una inmensa luz, ante cuyo esplendor se contempla mezquino, reconoce que antes de haber sido enviado a la Tierra ya existía, ya era amado por el Padre que es de quien provenía la voz y que ahora al verle en doloroso trance, sufre por él, conoce que ha sido enviado a distintas moradas para recorrer el camino de lucha y alcanzar por sus méritos su galardón, y el hijo pregunta: si antes de ser enviado a la Tierra he sido vuestra criatura muy amada, ¿por qué no he permanecido en la virtud y he tenido que descender, que sufrir y trabajar para volver a vos? La voz le ha contestado: Todos los espíritus han sido sometidos a la ley de evolución y en ese camino mi Espíritu de Padre los protege siempre, y se complace en las buenas obras del hijo. Ciertamente os he enviado a la Tierra para que hagáis de ella una mansión de lucha, de perfeccionamiento espiritual, no un valle de guerra y de dolor. Os he dicho que os multipliquéis, que no seáis estériles, y cuando volvéis al valle espiritual no traéis cosecha alguna, sólo lloráis y venís sin la gracia con que Yo os he revestido; por eso os envío una vez más y os digo: limpiaos, buscad lo que habéis perdido y labrad vuestra elevación. El espíritu vuelve a la Tierra, busca un pequeño y tierno cuerpo humano para descansar en él y dar principio a la nueva jornada; Encuentra el pequeño niño que le es señalado y lo toma para restituir sus faltas a mi ley. Con conocimiento de causa viene el espíritu a la Tierra, sabe que es aliento del Padre y conoce el encargo que de Él trae.

02-033.16 En los primeros años es inocente y conserva su pureza, permanece en contacto con la vida espiritual, después empieza a conocer el pecado, mira de cerca el orgullo, la soberbia y la rebeldía de los hombres ante las leyes justas del Padre, y la carne reacia por naturaleza, empieza a contaminarse con el mal. Caído en tentación, olvida la misión que trajo a la Tierra y se levanta haciendo obras adversas a la ley. Espíritu y materia toman los frutos prohibidos, y cuando han caído en el abismo les sorprende la última hora. Vuelve el espíritu a encontrarse en el espacio, cansado y doblegado por el peso de sus culpas. Entonces recuerda la voz que en otro tiempo le habló, que aún le llama, y después de llorar mucho, sintiéndose perdido sin saber quién es, recuerda que ha estado ya en aquel sitio, y el Padre que lo ha creado con tanto amor, aparece en su camino diciéndole ¿Quién sois, de dónde venís y a dónde vais? El hijo reconoce en aquella voz la palabra de quien le ha dado el ser, la inteligencia y los dones, al Padre que siempre le perdona, lo purifica, le aparta de las tinieblas y le conduce a la luz, éste se estremece porque sabe que está ante el Juez y habla diciendo: "Padre, mi desobediencia y mis deudas contigo son muy grandes y no puedo aspirar a vivir en tu morada porque no tengo méritos, hoy que he retornado al valle espiritual veo que sólo he acumulado faltas, las que debo restituir". Mas el Padre cariñoso le señala una vez más el camino y vuelve a encarnar, a formar parte de la humanidad y entonces el espíritu ya experimentado, con mayor fuerza, doblega la envoltura para sobreponerse y obedecer los dictados divinos, se entabla la lucha, combate con los pecados que hacen caer al hombre y quiere aprovechar la oportunidad que le ha sido concedida para su salvación; lucha de principio a fin y cuando las canas brillan en su sien y su cuerpo, antes robusto y fuerte, va doblegándose por el peso de los años y perdiendo energías, el espíritu se siente fuerte, más desarrollado y experimentado; ¡qué grande y repugnante le parece el pecado! Se aleja de él y llega al final; ya sólo espera el momento en que el Padre lo llame, porque ha llegado a la conclusión de que la ley divina es justa y la voluntad de Dios es perfecta. Que ese Padre vive para dar vida y salvación a sus hijos, y cuando llegó el día postrero, palpó en su carne la muerte y no sintió dolor, se apartó callada y respetuosamente, contemplase en espíritu, y como si tuviese delante de él un espejo, se miró hermoso y radiante de luz. Entonces la voz le habló y le dijo: hijo ¿a dónde vais? Y él que sabía quién era, acercose al Padre, dejó que su luz invadiera su ser y habló así: ¡Oh Creador, oh amor Universal, vengo a vos para descansar y entregaros el cumplimiento! La cuenta estaba saldada y el espíritu se encontraba sano, limpio y sin cadenas de pecados, y vio delante de él el galardón que le esperaba. Sintió después que se fundía en la luz de aquel Padre, que su gozo era mayor y contempló una mansión de paz, una tierra santa y un silencio profundo y quedó descansando en el seno de Abraham.

02-033.17 Os hablo de las maravillas que encierra la vida espiritual y os presento mi enseñanza. ¿Queréis cumplir en la Tierra para llegar a Mí, oh pueblo de Israel, oh humanidad, hija mía? Por méritos penetraréis en el Reino Celestial, y con la práctica de las virtudes alcanzaréis la paz en la Tierra.

02-033.18 Habéis encarnado tiempo tras tiempo y en cada reencarnación habéis hecho más grandes vuestra deuda y restitución. No me culpéis de vuestros sufrimientos porque Yo no os castigo, vosotros sois los que dictáis vuestra sentencia.

02-033.19 Aquí tenéis el último tiempo para reparar vuestras faltas.

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