El tiempo anunciado

Para recibir y difundir peticiones especiales de oración por alguien en situación difícil.
cristina
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Registrado: Dom Feb 08, 2009 1:00 pm
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El tiempo anunciado

Mensaje por cristina »

Hola a Todos,

acá en Europa estamos vivenciando un gran éxodo del pueblo de Syria. No sólo ellos están escapando de una horrorosa guerra, que está acabando con toda civilización y vida en aquellas tierras. También llegan muchos iraquís, africanos, etc. Después de una muy peligrosa traspasada del mar mediterráneo, caminan durante días hasta llegar al centro de Europa, en donde esperan poder encontrar un poco de paz y tranquilidad, para reconstruir sus vidas. Familias con niños pequeños y bebés, jóvenes y ancianos...

Necesitan nuestra oración; no sólo ellos - también los habitantes de Europa, para que nos abramos a la voz de nuestra conciencia y compartamos nuestro hogar y nuestro espacio con ellos. Para que nuestro corazón enfrente de tanta miseria se abra, para aligerarle su destino...
Y aún más todas las personas que se dejan llevar por fuerzas oscuras y siembran terror, muerte y desolación . oremos por ellos, para que la voz de la conciencia los despierte cada día más!

El tiempo anunciado por nuestro Maestro en Mateo, 24 se está acercando a grandes pasos:

24 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
8 Y todo esto será principio de dolores.

9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.
17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
19 Mas !!ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;[a]
21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
25 Ya os lo he dicho antes.
26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
La venida del Hijo del Hombre
(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.


Recordemos también la pãrabola del anciano y los tres jóvenes caminantes de E. 43:

44. "Encontrábase en un camino, un anciano de aspecto humilde y venerable, que no llevaba báculo ni alforja. A su paso encontró a tres caminantes jóvenes que llevaban en su corazón la alegría y sus gargantas entonaban dulces cantos. El anciano se acercó al primero de ellos y le dijo: Caminante, tengo hambre, tengo sed y estoy desnudo, bríndame de lo que llevas en tu alforja y dame un jirón de tus vestiduras. El mancebo buscó en su alforja y no encontró pan ni agua y de sus vestiduras no quiso despojarse. Ve a mi hermano le dijo, él podrá darte lo que necesitas yo no tengo nada que ofrecerte.
45. Se acercó el anciano al segundo y de igual manera le pide, éste busca en su alforja y en ella no hay alimento, ni agua que calme su sed. Ve al tercero le dice, él te dará lo que yo no he podido darte. El tercero ante la misma súplica, busca y su respuesta es la misma, no tengo nada que darte. Entonces el anciano se siente angustiado, la sed y el hambre le han agobiado mas al ver que las alforjas de los jóvenes se encuentran vacías les dice: ¿Cómo vais a proseguir por ese camino que yo he pasado sin saber lo que os espera? El camino es largo y está sembrado de espinos y abrojos; las tierras son áridas, no hay árboles donde sombrearse, no hay frutos, el sol es ardiente y no hay ríos, ni manatiales que den frescura al peregrino.
46. Los caminantes escucharon al anciano y dijeron: No importa, seguiremos adelante, somos jóvenes y fuertes, nos sentimos llenos de energía y capacitados para recibir las vicisitudes de la vida. Con irónica sonrisa iba a abandonar al anciano, mas éste les dice: Esperad, os aconsejo que busquéis antes con qué alimentaros, reunid en vuestra alforja lo necesario para el viaje, para que podáis ir por ese camino sin perecer. Después de escuchar al anciano replicaron: Si tú te encuentras cansado, desnudo y hambriento es porque estás anciano, el trabajo te ha cansado, has visto aparecer muchas auroras y las nieves han blanqueado tu cabeza, por eso estás abatido. Nosotros somos jóvenes y no tememos a la vida.
47. Entonces el anciano les contestó: Yo también fui joven y fuerte, también canté en los caminos, tuve energías en mi cuerpo y el tiempo me enseñó y dio experiencia. Voy a mostraros lo que tenéis que recorrer; y llevándoles a la cumbre de un monte les enseñó el mundo. Desde allí vieron cómo se desataban vendavales a diestra y siniestra azotando a las naciones causando en ellas la destrucción, las aguas del mar invadían las tierras y los hombres perecían bajo las fuerzas de los elementos desencadenados. Los jóvenes dijeron al anciano: ¿Qué tenemos que ver nosotros con estos acontecimientos? Y el anciano les respondió: Esto que ahora veis y os sorprende, tendréis que vivirlo al cruzar por esos caminos, mas aquéllos dudaron. Una vez más les dijo: ¡Mirad! y les mostró hacia el oriente;ahí contemplaron a las naciones debatiéndose en medio de una guerra cruel. Vieron a las madres y a los hijos llorando, éstos dejando su vida en el campo de batalla, clamando a los suyos en la última hora. Vieron a las mujeres enlutadas, lamentando la pérdida del esposo o del hijo. Contemplaron a los niños hambrientos y desnudos; después ante sus ojos, un espíritu blanco extendió su manto como la nieve sobre la tierra devastada y de ella salía un lamento desgarrador y en donde ese espíritu aparecía, la vida de los hombres era segada como la hierba en los campos cuando es tiempo de recoger la cosecha. Y los jóvenes dijeron: ¿Qué significa todo esto? Os muestro los tiempos venideros, contestó el anciano, tiempos que vosotros viviréis.
48. Por último el anciano les detuvo para que mirasen, y vieron los elementos desatados, el fuego consumiendo bosques y ciudades, la peste como nube cubriendo a los hombres, los volcanes arrojando fuego y sepultando comarcas bajo sus cenizas. Les mostró el mar en el que se desarrollaban grandes catástrofes; mientras unos mares se secaban otros cambiaban de lugar. Por último vieron aparecer en el firmamento cuatro ángeles con trompetas, anunciando la consumación de los tiempos.
49. Los mancebos quedaron sorbrecogidos de terror; entonces el anciano les dijo: He aquí que os he mostrado los acontecimientos que han de suceder y por los que tendréis que atravesar.
50. Aquellos jóvenes con el rostro demudado, clamaron a la naturaleza y ésta no les oyó, y en el instante en que su corazón lleno de angustia lloraba sin consuelo, la voz del anciano llena de paternal dulzura les dijo: No desesperéis, postrad vuestra rodilla y orad al Todopoderoso. En el silencio extendió su mano y todo fue silencio, calma y paz. La visión desapareció. Vieron la luz de un nuevo día y comprendiendo que el anciano había profetizado esos acontecimientos, cayeron postrados diciendo: Oremos, para que el Padre que es Todopoderoso, prepare nuestro camino y vayamos con su luz hasta el fin de nuestra vida."
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